El clima de
Eliminatorias me hizo recordar la época en que entrené al seleccionado de Mozambique,
trabajo arduo, pero duró lo necesario. 4 días.
Así imaginaba Mozambique
Con algo así me encontré.
Eso fue
suficiente para darme cuenta que no tengo vocación de entrenador y que en ese
país pueden jugar al futbol recién dentro de unos 70 u 80 escasos años .
Recién llegado me
presentan al traductor y me acompañaron al hotel, yo imaginando yacuzzi, tele,
frigobar y otros lujos, me encontré con
una cucheta de material. Si, de material. Una radio Spika que sonaba a bombos
todo el tiempo y una mosca que me dio un fuerte abrazo de bienvenida y reposó
en la cucheta mientras fumaba un puro.
Nacho: - Perdón, ¿su nombre?
Mosca
enorme: -Sungulu budu zzzzzz zzzz.
Nacho: - Un gusto, ¿me permite dormir en la cucheta?
La noche durmiendo
en el piso no fue un agradable comienzo, aunque fue peor entrada la madrugada,
cuando la mosca me miraba con cariño, medio cachonda, diciendo frases al estilo
“Lindo blanquito, gordito, unga unga zzzzz”, y yo rezándole a la virgen para que
esa mosca deje de acosarme con sus piropos y ocurrencias eróticas.
Por la mañana temprano vino el traductor a buscarme para ir
al campo de entrenamiento, no entendió muy bien cuando me vió salir en
sunga, transpirado, y medio alcoholizado
al grito de : -“!Esa mosca me quiere coger, ayuda!”.
Solo me miró, me dio un equipo de jogging y le hice jurar que nunca iba a abrir
la boca sobre lo que había visto.
Una vez en el campo de entrenamiento, me dijeron iban a
presentarme a los jugadores, llegamos a una cancha que en lugar de pasto crecían
botellitas de plástico, algún que otro vidrio, y tierra, mucha tierra.
Nacho: -Che, que lindo este lugar, siempre que miro Animal
Planet llego a las lágrimas viendo como sufren los monitos, y estos en especial tienen la mirada de
animales maltratados. No sabía que íbamos a hacer un tour antes de ir a la
cancha.
Traductor: - Estamos en
el campo de entrenamiento, y esos que
usted llama “monitos”, son sus jugadores.
Nacho: Já, dale…
Menos mal que no entendían nada los muchachos, de lo
contrario hubiese sido un pésimo comienzo, aunque mejor que el de la mosca.
El traductor se adelantó un paso y se dirigió a los
muchachos en vaya a saber uno que idioma, más bien parecía un hechizo o como si
estuviera invocando espíritus malignos. De repente todos formaron una fila y me
miraban fijamente, sin vacilación, muy concentrados.
Traductor: -Decí lo que quieras, una presentación o lo que
quieras, yo hago la traducción.
Nacho: -Tengo miedo…
Traductor: -Eh?
Nacho: -Si. Que el 5 deje de mirarme así o renuncio.
Ustedes no pueden siquiera imaginar la mirada de ese
muchacho, era un guerrero con apetito de venganza, o más bien un cartonero con
apetito, casi lo mismo. Intenté llamar a mi mamá pero no tenía
señal, perdón, no tenía el celular.
Nacho: -Muchachos, arrancamos para el culo, yo me puedo
aguantar que me miren con cara de hambre, que quieran desafiarme o lo que sea,
pero que aparezca el celular o se pudre.
El malévolo 5: -Unga, gada unru, unga.
Nacho: -A mi no me hablés así o te bajo los pocos dientes que
te quedan monito del orto… Que me dijo? – dirigiéndome al traductor.
Traductor: -Que le
encantaría saber que dijiste y si te puede ayudar en algo.
Nacho: -Ah, entonces disculpame negrito bonito, venga con papi que
le va a pedir perdón…-
Me acerqué al 5.
Traductor: - No puedo traducir tan rápido lo que decís, y dejá
de acariciarle la cabeza porque no le
gusta .
Saltearemos la parte en la cual no recuperé mi celular,
quedará dentro de esos recuerdos que lo mejor es suprimirlos…
TO BE CONTINUED…